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Docente ayudando a un niño con TDAH en clase

¿Qué es el TDAH y por qué es tan importante en el contexto escolar?

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) no es solo una etiqueta diagnóstica, es una forma distinta de percibir, procesar y responder al mundo. Para muchos niños y adolescentes, el aula representa un desafío diario: concentrarse, organizarse, controlar los impulsos, recordar tareas o simplemente permanecer sentados pueden convertirse en luchas constantes.

Cómo se manifiesta el TDAH en el aula

Algunos niños parecen no escuchar, se distraen con facilidad o están “en las nubes”. Otros interrumpen, se levantan constantemente o actúan sin pensar. No todos los casos son iguales, y cada estudiante requiere una mirada individual.

Por eso, reconocer los distintos subtipos de TDAH —inatento, hiperactivo-impulsivo o combinado— es esencial para comprender y actuar de forma adecuada.

¿Qué puede hacer un docente?

Un maestro empático puede marcar la diferencia en la vida de un estudiante con TDAH. La clave está en transformar la frustración en estrategia y el juicio en comprensión. Algunas prácticas efectivas incluyen:

  • Dar instrucciones claras, breves y en pasos.
  • Crear rutinas visuales que estructuren el día.
  • Asignar tareas fragmentadas y con tiempo ajustado.
  • Ubicar al estudiante en un lugar con pocos distractores.
  • Ofrecer elogios específicos y frecuentes.
  • Utilizar recursos como contratos, autorregistros o el semáforo emocional.
  • Implementar actividades de lectura y escritura adaptadas, con refuerzos positivos.
  • Introducir autoinstrucciones para matemáticas o el uso de materiales manipulativos.

El poder del refuerzo positivo

Cuando se reconoce el esfuerzo —aunque mínimo— se construye autoestima. Premiar avances, dar espacio para rectificar errores y celebrar logros, permite que el estudiante no solo aprenda, sino que crezca emocionalmente.

No es un niño desobediente. Es un niño que necesita ayuda.

Detrás del aparente desorden, olvido o inquietud, hay un cerebro que funciona diferente. Lo que necesita no es más castigo, sino más guía, comprensión y estructura. El apoyo emocional y la adaptación del entorno pueden cambiar radicalmente su experiencia educativa y su autoestima.

Conclusión

Acompañar a un alumno con TDAH en el aula no es fácil. Pero cuando el maestro elige mirar más allá del síntoma y conectar con la persona, todo cambia. Educar no es solo enseñar contenidos, es sembrar posibilidades en quienes más lo necesitan.

Estamos aquí para apoyarte en cada paso de tu bienestar emocional.

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