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Niño con dislexia acompañado por un adulto mientras intenta leer un libro.

«No es que no quiera leer. Es que las letras no se quedan quietas.»
Así podría describir un niño con dislexia lo que vive cada vez que abre un libro.

En cada aula, en cada casa, hay niños que luchan con palabras que se escapan, sílabas que se enredan y letras que parecen bailar frente a sus ojos. Muchos padres se preocupan, los maestros se frustran y los propios niños se sienten «menos». Pero la realidad es otra: la dislexia no tiene nada que ver con falta de inteligencia. Tiene todo que ver con cómo el cerebro procesa el lenguaje escrito.


¿Qué es la dislexia?

La dislexia es una dificultad específica del aprendizaje que afecta principalmente la lectura y, en muchos casos, también la escritura y la ortografía. No es causada por problemas de visión, audición o falta de esfuerzo. Es una condición neurológica que se manifiesta de forma distinta en cada niño.


¿Cómo se manifiesta la dislexia?

Los signos más comunes que pueden alertar a padres y docentes son:

  • Inversión de letras o palabras (leer “sol” como “los”).
  • Dificultad para leer en voz alta o para seguir el ritmo de lectura de la clase.
  • Problemas para copiar del pizarrón o pasar apuntes al cuaderno.
  • Escritura desorganizada, con errores ortográficos frecuentes.
  • Evitación de tareas que impliquen leer o escribir.

¿Qué sienten los niños con dislexia?

Muchos niños con dislexia sienten frustración constante. Quieren hacerlo bien, pero algo no encaja. Algunos comienzan a evitar leer, se aíslan, bajan su autoestima o piensan que son “tontos”, cuando en realidad tienen un tipo de inteligencia que no siempre se mide en pruebas escritas.

A menudo, la dislexia no se diagnostica a tiempo, y el niño carga con etiquetas injustas como “flojo”, “desinteresado” o “desobediente”.


🧩 ¿Por qué es importante detectarla temprano?

Detectar la dislexia a tiempo marca la diferencia entre un camino lleno de frustración y uno lleno de posibilidades. Con un diagnóstico adecuado y un plan de intervención personalizado, los niños pueden desarrollar estrategias efectivas de lectura y escritura, y lo más importante: recuperar la confianza en sí mismos.


🛠️ ¿Cómo se acompaña a un niño con dislexia?

1. Con información, no suposiciones

Los padres y docentes necesitan entender que la dislexia no es un problema de inteligencia ni de pereza. Es una condición neurológica que requiere estrategias específicas.

2. Con apoyo emocional

Estos niños necesitan saber que no están rotos, que no están solos. Validar sus emociones, celebrar sus pequeños logros y evitar comparaciones es clave.

3. Con adaptaciones pedagógicas

A veces, leer menos pero con comprensión es mejor que leer mucho sin entender. Otras veces, usar audiolibros, textos con tipografía adaptada, o apoyos visuales puede ser un cambio enorme.

4. Con intervención especializada

El acompañamiento de psicólogos educativos, psicopedagogos o terapeutas especializados en aprendizaje es fundamental para trabajar en la conciencia fonológica, la decodificación, la comprensión lectora y la autoestima.


«Un niño con dislexia no necesita que le digan que lea más. Necesita que alguien le enseñe cómo.»


En Centros Psicológicos Integrales te ayudamos

Contamos con un equipo especializado en neurodesarrollo y dificultades del aprendizaje que puede ayudarte a entender el diagnóstico de dislexia, trabajar estrategias efectivas y acompañar emocionalmente tanto al niño como a su familia.

👉 Si sospechas que tu hijo puede tener dislexia, no esperes.
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Estamos aquí para apoyarte en cada paso de tu bienestar emocional.

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