La adolescencia es una etapa llena de cambios físicos, emocionales y sociales. No es raro que en medio de esta transformación, muchos jóvenes experimenten síntomas de ansiedad. Sin embargo, cuando estos síntomas interfieren con su vida cotidiana, es importante prestar atención y buscar apoyo.¿Qué es la ansiedad y por qué aparece en la adolescencia?La ansiedad es una respuesta normal del cuerpo ante situaciones que percibe como amenazantes. Sentir nervios antes de un examen o un evento importante es completamente natural. El problema surge cuando esa sensación se vuelve constante, intensa y afecta el bienestar del adolescente.Durante la adolescencia, los jóvenes enfrentan múltiples desafíos: presión académica, cambios hormonales, búsqueda de identidad, expectativas familiares, comparaciones en redes sociales y relaciones interpersonales cada vez más complejas. Todo esto puede hacer que la ansiedad se intensifique o se mantenga en el tiempo.Señales de que tu hijo adolescente podría estar sufriendo ansiedadMuchos adolescentes no saben cómo expresar lo que sienten, o prefieren guardárselo por temor a ser juzgados. Por eso, como padres, es clave estar atentos a ciertas señales que pueden indicar un trastorno de ansiedad:Quejas físicas frecuentes: dolores de cabeza, estómago o tensión muscular sin causa médica aparente.Cambios en el sueño: dificultad para dormir, insomnio o pesadillas recurrentes.Irritabilidad o nerviosismo: reacciones desproporcionadas a situaciones cotidianas.Evitar situaciones sociales o escolares: miedo a hablar en público, a participar o incluso a asistir al colegio.Dificultad para concentrarse: baja en el rendimiento académico sin causa clara.Comportamientos repetitivos: como morderse las uñas, mover las piernas sin parar o revisar cosas constantemente.Preocupación constante: pensamientos catastróficos o sensación de que “algo malo va a pasar”.
¿Qué puedes hacer como padre o madre?Lo más importante es recordar que tu hijo no está exagerando ni actuando por llamar la atención. La ansiedad es real, y necesita ser tratada con comprensión y herramientas adecuadas. Aquí algunas recomendaciones:1. Escucha sin juzgarCrea un espacio seguro para que pueda expresar lo que siente. Evita frases como “no es para tanto” o “tienes que ser fuerte”. En lugar de eso, valida sus emociones: “Entiendo que te sientas así, ¿quieres contarme más?”.2. Mantén una rutina equilibradaAyúdalo a organizar su tiempo entre estudio, descanso y actividades recreativas. Dormir bien, alimentarse saludablemente y hacer ejercicio son fundamentales para reducir la ansiedad.3. Limita el uso de redes socialesEl exceso de exposición digital puede aumentar la comparación con otros, la autoexigencia y la sensación de no ser suficiente. Establece horarios de uso y promueve actividades fuera de la pantalla.4. Enséñale técnicas de relajaciónRespiración profunda, meditación guiada o ejercicios de mindfulness pueden ser muy útiles para manejar la ansiedad. Puedes hacerlos juntos al principio, para que se sienta acompañado.5. Busca apoyo profesionalSi notas que la ansiedad afecta su funcionamiento diario o se vuelve persistente, es momento de acudir a un psicólogo especializado en adolescentes. La terapia puede ofrecerle un espacio para explorar sus emociones, aprender a gestionarlas y recuperar su bienestar.¿Y si no quiere ir a terapia?Muchos adolescentes se resisten al principio. Puedes explicarle que ir al psicólogo no significa estar “loco”, sino que es un lugar donde puede hablar con alguien neutral que lo va a ayudar. A veces, basta con una primera cita para que se sientan más cómodos y comprendan el beneficio del proceso.ConclusiónLa ansiedad en los adolescentes no es un capricho ni una moda. Es una señal de que algo dentro de ellos necesita ser escuchado. Como adultos, podemos ser su red de apoyo, ayudarlos a transitar esta etapa con herramientas sanas y acompañarlos en su crecimiento
